
Habitualmente, ser emprendedor es ser una persona que identifica una oportunidad de negocio y decide organizar los recursos necesarios para ponerla en marcha.
Ser emprendedor no es sencillo, ya que crear una empresa es una aventura que requiere de varias capacidades, las cuales ya posee la persona o puede adquirirlas y desarrollarlas.
En el emprendimiento, el aprendizaje es una de las varias recompensas. El aprendizaje es valioso para la empresa que se emprende o para la que está por llegar. Emprendimiento también se puede definir como aquellas actitudes y aptitudes de la persona, que le permiten emprender nuevos retos y nuevos proyectos.
Por el aspecto técnico de emprender una empresa o negocio, se necesita de capital financiero y capital humano. El capital financiero no necesariamente debe ser propio, este puede ser adquirido o financiado, y para ello existen muchas fuentes como lo son los préstamos bancarios, los apoyos gubernamentales, instrumentos de la bolsa de valores, etcétera. El capital humano es el conjunto de empleados que en un momento emprenden la idea de empresa y después la desarrollan con el trabajo a través de su vida útil; por ejemplo un gerente, un analista u técnico, que en principio son los emprendedores quienes hacen casi todo el trabajo intelectual y manual, y ya, después que se consolida la empresa, se contratan empleados.
Ser emprendedor conlleva riesgos, si bien en México existe un porcentaje de quiebra o fracaso de las empresas en su fase de emprendimiento o durante los primeros años de operación, existen muchos recursos para prevenir esto y tener éxito; por ejemplo incubadoras de empresas, centros de negocios, consultoras de gobierno, y muchos otros recursos más.
Un emprendedor origina fuentes de empleo, iniciativas, soluciona problemas, genera cambios, desarrollo y crecimiento económico en la región; por lo tanto, es una actividad que se fomenta en el ámbito académico y laboral. Significa ser generador de cambio, bienestar social y oportunidades.