
Probablemente, la respuesta al título del escrito tendrá varias respuestas si se consideran los diferentes enfoques de la psicología que se han desarrollado, ya que, a pesar de hablar del mismo objeto de estudio, cada enfoque le agrega distintas variables que explican los cursos de los fenómenos psicológicos. El presente artículo abarcará en breve la conceptualización del problema psicológico desde el conductismo radical.
Primero, sería especificar que, para el conductismo radical, la conducta es el resultado
de la interacción del organismo con el ambiente, la cual es entendida como una acción
y no una propiedad del cuerpo. Por ejemplo, se habla de conductas depresógenas y
no de depresión, como sustantivo (Freixa, 2003). A esta idea, se agregarían los mecanismos de aprendizaje descritos por el condicionamiento operante y respondiente y la perspectiva del aprendizaje ideográfico (historia de vida), en donde se encuentran el listado de estas interacciones entre el organismo y el entorno o ambiente, y que se han visto expuestas a consecuencias y asociaciones, las cuales explican qué comportamiento se ha mantenido y bajo qué circunstancias se evoca o elicita (Frojan y Santacreu, 1999).
La idea de un problema, por lo general, trae a la mente que hace referencia a que hay algo que arreglar o cambiar dentro de la psicología. Desde esta perspectiva, debe cumplir con ciertas características, como que, desde la perspectiva o percepción de la misma persona, sea considerado como un problema (su situación o conducta) que afecta a la persona en su totalidad. Esto se refiere a la forma en como la persona organiza su experiencia (pensamientos, sentimientos, etc.) y que empieza a afectar otras áreas de su vida. También puede entenderse como excesos o déficits de conductas en específico (Frojan y Santacreu, 1999).
Clavijo (2004), en su análisis de la definición del problema psicológico y su relación con lenguaje, diferencia los diferentes tipos de problemas que puede vivir una persona, y no todos serán psicológicos, siendo la principal característica de estos. Será que la solución o el cambio dependerá del mismo comportamiento de la persona, es decir, que se reduzcan o aumenten comportamientos, ya que si la solución de este problema depende de factores que no controla la persona, entonces se estaría hablando de problemas económicos, sociales, médicos o de cualquier otro orden y que, por ende, implicaría la intervención de otros profesionales y no de un psicólogo.
La psicología estudia el comportamiento igual que diferentes ciencias, poder entender y diferenciarlas en la práctica es vital para cualquier psicólogo clínico. Enfrentar o tratar de resolver problemáticas que se observan desde el comportamiento, pero que no se originan desde el aprendizaje, sino que, desde otras variables, implicará que la tecnología psicológica, más que arreglar algo, podría caer en prácticas iatrogénicas.
Podríamos nombrar, como ejemplo, no diferenciar los problemas psicológicos a los que se originan por problemas orgánicos, como serían los problemas neurológicos.