
Cuantas veces hemos oído que la ópera es una pérdida de tiempo, inclusive hay quienes se preguntan: pero, ¿quién oye ópera en nuestros días?, ¿eso es sólo para gente snob, arcaica y rara?, pero, ¿qué sabemos de esta manifestación artística del ingenio humano, la cual combina música, canto, teatro, literatura y baile?
La palabra ópera viene del latín opus que significa obra y el plural opera se transformó en la palabra italiana que significa obra, trabajo. La ópera nació hace cuatro siglos en Italia, cuando la música, el teatro, la danza y el canto se unieron para dar paso a la creación de una nueva manifestación artística en que, a través del canto, se nos cuentan historias envueltas en la magia de la música que brota de la orquesta sinfónica, con un escenario que nos sumerge en el ambiente propio de la historia, para ser tocados por esa fuerza magnética que emana de las voces que nos hacen vibrar con las emociones (amor, odio, pasión, benevolencia, etc.) que ahí se manifiestan, sintiéndonos identificados con ellas pues son tan nuestras que no podemos ignorar sin más. Cualquier forma de arte intenta explicar, describir, interpretar la vida misma, la ópera lo hace a través del sonido (música y voz).
Para comenzar a escuchar opera por primera vez, hay que tratar, hasta donde sea posible, de hacerlo dejando de lado los clásicos prejuicios: no me va a gustar, es aburrida, no entiendo lo que dicen y con los oídos y la mente dispuestos a dejarse envolver en la vibrante experiencia de escuchar la fusión perfecta entre voz y sonido, dejando de lado, por un momento, la descarnada y fría racionalidad que todo lo quiere entender sin más, pues cuando la razón no encuentra respuesta, la emoción le transmite una experiencia que solo a nivel espiritual se puede disfrutar y es entonces que la ratio cede a la emotio, logrando que el espíritu se nutra de lo inefable que sólo la música y el canto pueden transmitir.
Una de las objeciones más comunes para escuchar ópera es que no se entiende: “no sé lo que están diciendo cuando cantan”, ciertamente puede ser un obstáculo, pero no insalvable, yo diría, si se me permite la analogía, que la ópera como a la mujer más que entenderla hay que amarla, disfrutar de su belleza y de su compañía, pues una vez que te enamoras de ella, será parte de tu ser y ya nada volverá a ser igual.
Ahora con la tecnología que tenemos, basta con valernos de YouTube, escribir el nombre del aria (del italiano aria “aire”, nombre que se da a la composición musical para voz solista, con acompañamiento instrumental) que deseamos oír: la donna é mobile subtítulos español, dar un clic y tendremos la posibilidad de escucharla con diferentes intérpretes y saber qué es lo que se canta.
De igual manera, se suele comentar que la ópera no es para los jóvenes, que nada tiene que aportar a sus vidas, pues quien la escucha está pasado de moda; si analizamos con detenimiento veremos que toda manifestación artística tiene algo que regalar al ser humano, es la oportunidad de conectar su alma con la belleza existente en sus variadas formas, es precisamente lo que el artista pretende compartir con todos los mortales, así la interpreta y así te la comparte para que te reencuentres contigo mismo en la apreciación de una manera de ver, sentir y abstraer la esencia de la belleza que el artista ha tenido el privilegio de contemplar y que la traduce para nosotros en poema, en canción, sonidos, movimiento, fantasía y reflexión plasmadas en papel; para que tú, al igual que yo, encuentres tu balance y vuelvas a vibrar con tu entorno y con el universo mismo, en una sinfonía sublime de satisfacción y crecimiento que integre tu materia y tu espíritu y te hagan más consciente de que todo ser humano tiene algo que recibir y algo que dar a sí mismo y a los que con él transitan por esta tierra que, en ocasiones se antoja ajena, inhóspita y en la cual el arte viene en nuestro auxilio para ofrecernos su mano y elevarnos al paraíso donde recargarás energía para sublimar tu cotidianidad y volver renacido, pleno y deseoso de compartir y animar a otros a beber de la fuente inagotable que es el arte mismo.
Dichas estas cosas, entonces podemos volver a preguntarnos: ¿tendrá la ópera algo que aportar a las nuevas generaciones para su formación? Es la humilde opinión de quien escribe que la respuesta se irá manifestando en la medida en que tú joven o adulto te permitas enamorarte de este arte que pretende representar la vida misma al igual que lo hace el teatro, la literatura, la poesía, el ballet, el canto; pues la ópera es una amalgama donde se dan cita todas ellas, en la ópera pueden cantar al mismo tiempo uno, dos, tres o cuantos cantantes quiera incluir la inspiración del compositor, en perfecta armonía con la música como una protagonista más, logrando transmitir sensaciones, sentimientos que todos los días nos atormentan o nos hacen felices, la vida misma desfilando ante nuestros ojos, valiéndose de la belleza de la voz humana para transmitirlas.
Una vez que decidas darte la oportunidad de abrir la puerta hacia la perenne riqueza que encierra la ópera, te preguntarás por dónde empezar, pues bien, como preámbulo a tu visita has de saber que el idioma que domina en la ópera es el italiano pues ahí nació y esto juega a nuestro favor ya que tiene mucha semejanza con el español; otro elemento importante a considerar es la clasificación del tipo de voz de un cantante y aquí hay que destacar tres parámetros, por un lado si se es hombre o mujer, por otro la tesitura que la voz puede cantar: desde qué nota hasta qué nota, del grave al agudo. El tercer elemento es el carácter y la habilidad de la voz, atendiendo más al timbre de la misma que a su tesitura.
En el apartado femenino, la voz más aguda es la de soprano, suele ser la protagonista de cualquier drama operístico, casi siempre es la heroína; por su parte la voz de contralto es la más grave y oscura y la de mezzo-soprano es el punto intermedio de la voz femenina, más grave que las sopranos, pero menos que las contraltos. El equivalente masculino a la soprano es el tenor, la voz más aguda de los cantantes de ópera. En el otro extremo encontramos al bajo, equiparable a la contralto, se trata de la voz masculina más grave y oscura. Entre el tenor y el bajo encontramos al barítono, que es la más habitual de las voces masculinas.
Para finalizar, presento ahora algunas sugerencias muy personales para ir, paulatinamente, degustando la ópera de la cual se dice que es el arte de hablar cantando. La primera visita sería teniendo como anfitrión al italiano Andrea Bocelli, quien ha grabado canciones clásicas y música romántica, imperdibles serían: Por ti volaré y vivo por ella, sugiero también la mezcla que han hecho de música pop y ópera cantantes como la inglesa Sara Brightman, no te pierdas Time to say goodbye en dueto con Andrea Bocelli. Otra opción sería escuchar a un trío de jóvenes italianos llamados Il volo, melodías como il mondo, volare, un amore cosi’ grande, quando l’amore diventa poesia, etc.
El siguiente paso, una vez familiarizados con la voz operística, será escuchar a los íconos del siglo pasado tales como Pavarotti con el aria Nessun dorma que hará erizar tu piel al final con la palabra vincerò con un agudo electrizante; Plácido Domingo cantando E Lucevan Le Stelle aria que es una despedida de la vida antes de ser fusilado, su dramatismo es sobrecogedor y qué decir de José Carreras con su interpretación tanto de Granada, como En Aranjuez con tu Amor, son sublimes. Estos cantantes son conocidos por sus conciertos como los tres tenores en el marco de los campeonatos mundiales de fútbol, comenzando por el de Italia ‘90.
En voces femeninas, como no mencionar a la española Montserrat Caballé de quien María Callas, contestando a la pregunta de qué cantantes podrían sucederla, ella contestó: « Solo Caballé…», el aria Casta diva, cantada por ella es celestial, le llamaban La Superba. Otra grande lo fue la italiana Mirella Freni, el aria Sì, mi chiamano Mimì así como su O mio babbino caro son realmente extraordinarias.
Aunque, sin temor a equivocarnos, La Soprano, con mayúsculas, lo ha sido María Callas, a quien llamaron La Divina por su extraordinario talento dramático y una particular belleza física, su colosal repertorio merece la pena, pues, una vez que aprendes a escucharla y a disfrutar de su maestría y dramatismo, la amarás por siempre; cita obligada son sus interpretaciones: Habanera, Addio del passato y su Vissi d’arte, por mencionar sólo algunas arias, pues cuando María Callas canta:
“Su canto se asemeja a una herida abierta que sangra, entregando sus fuerzas vitales … como si ella fuese la memoria del dolor del mundo…” -Kurt Pahle.
Pues bien, amable lector, tú tendrás la última palabra en cuanto a qué y a quién oír, pero, sin duda, te asegura alguien que ha acompañado su diario transitar por su cotidianidad de la mano de este sublime arte, habrá valido la pena cada minuto concedido a esta empresa, ¡Feliz audición!