
La publicidad está en todas partes. No solo en los medios de comunicación, sino en todo anuncio o alusión de algún producto o servicio que ofrece una empresa, y no solo es para el sector privado, también el sector público necesita de la publicidad. Ejemplo de ello es la publicidad social, la publicidad ecológica e incluso la publicidad política, haciendo alusión a las pasadas elecciones de junio 2021.
Hay periódicos y revistas, especialmente los suplementos, en los que la publicidad ocupa más espacio que la información.
La publicidad está tan presente que, en muchas ocasiones, nos resulta tan familiar que ni siquiera la percibimos. En cualquier calle del centro de las ciudades podremos encontrar numerosos anuncios de todo tipo: carteles, anuncios luminosos, rótulos, folletos, periódicos, revistas, etcétera. Pero, que no los percibamos, no quiere decir que no lleguen a nuestra mente, entran por nuestros ojos y oídos y llegan al cerebro, donde pueden dejar una huella más o menos consciente.
Al pasar por la calle, hay un sinfín de publicidad, compuesta por imágenes, colores, mensajes, escritos, historias, ofertas, precios y demás; en los consultorios, en las escuelas, en los negocios.
Las personas son soportes, conscientes o inconscientes, de publicidad.
La publicidad como la hemos conocido, es en la mayoría de los casos un atractivo para captar prospectos. Además, la forma de hacer publicidad ha ido cambiando, ejemplo de ello es el utilizar las redes sociales, el correo electrónico y otras formas digitales. Es por ello que la mercadotecnia ya es digital y no tradicional, incluso no es novedad que en algunas universidades se ha implementado la carrera de marketing digital.
En estos días hay mucha publicidad. La podemos encontrar en espacios visuales o sonoros, en internet, en celulares, en papel y de muchas otras formas.
Pero, después de todo, ¿qué es la publicidad? La publicidad es una parte de la mercadotecnia para tener más clientes y que nuestro negocio crezca.