
La lectura es la herramienta más poderosa del aprendizaje, no solo en la educación inicial, sino en todo el sistema de enseñanza. La lectura a edad temprana mejora la estructura del pensamiento, aumenta la actividad eléctrica cerebral e incluso proporciona momentos de auto reflexión que ayuda a comprender e interpretar y relacionar un texto con otros conocimientos y experiencias, algo que en la edad adulta les hará marcar la diferencia.
El acto de leer es tan importante, que no solo proporciona información (instrucción), sino que también forma (educar), creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración y recrea, hace gozar, entretiene y distrae. Estadísticamente, en México, solo un 15 %, aproximadamente, de jardines de niños, implementan estrategias de lectura en los niños. Lo más habitual es que este aprendizaje siga unos pasos concretos, se pueden adelantar, pero que suelen ser el estándar de aprendizaje.
Alrededor de los tres años, ya muestran interés por los dibujos de los cuentos y por escuchar sus historias; también se observa en ellos un mayor interés por una literatura infantil, ya que son capaces de captar el sentido significativo de las narraciones a su corta edad. Además, el contacto continuado con los cuentos en la escuela les resulta estimulante.
A la edad de cuatro años ya han comenzado a trabajar la lecto-escritura en los centros educativos y se evidencia su interés creciente por leer y entender un “lenguaje adulto”. Entrando a la edad de cinco años, los niños ya tienen la capacidad de aprender a leer plenamente, sin embargo, no es obligatorio que un niño ya pueda dominar la lectura a esta edad. Su desarrollo final no apreciará ninguna deficiencia por haber aprendido a leer a los seis años o a los cinco.
A partir de los autores revisados, concluimos que, para que exista el proceso lectoescritor, el infante debe lograr una madurez física y mental. Es claro que introducir al niño desde temprana edad resultará satisfactorio para su desarrollo escolar, ya que, poco a poco y a medida de su crecimiento, se le irá inculcando el hábito y el contacto con las letras, sin dejar a un lado sus tiempos y su madurez.
Ramírez Noreño Alberto (2019). “La lectura en la primera infancia”.