En el México antiguo o, mejor conocido, en la época mesoamericana, existían las primeras civilizaciones establecidas en lo largo del país; las más conocidas eran el Imperio Azteca y el Imperio Maya. Sin embargo, existían otras civilizaciones como los tlaxcaltecas, totonacas teotihuacanas, zapotecas y la olmeca fue la primera civilización en establecerse en el territorio mesoamericano, pero hay una civilización que hoy en día es existente, igual que otras culturas en algunas partes del mundo, y hablamos de los purépechas y tarascos, nombre que, tiempo después, los españoles les darían. Esta civilización tiene su origen alrededor de 1440 d.C. Bajo el mando de Hiripan y luego de Tangáxoan, se dieron los primeros pasos a la institucionalidad de las conquistas militares y la construcción de un imperio tributario. Para el año de 1522, ya tenía una expansión territorial de 75,000 km2 en las tierras altas de la región centro-occidente de México, incluido el estado de Michoacán. Este imperio era el segundo más grande de Mesoamérica, aunque, a diferencia de las otras civilizaciones como la azteca, los tarascos no contaban con una gran ciudad – estado como lo era la gran Tenochtitlán. Su principal asentamiento del imperio era por lo largo del lago de Pátzcuaro, (corazón geopolítico del imperio) y otros asentamientos como Cuitzeo, Ihuatzio y Tzintzuntzan, siendo esta última su capital, y su significado, lugar de colibríes. Se estima que la población estaba entre 60,000 y 105,000 habitantes; su principal economía era la agricultura y su religión politeísta. En las décadas de 1480, los aztecas, al mando de Ahuitzotl, iniciaron una serie de ataques a la frontera sur tarasca, dando origen a un conflicto por parte de los aztecas al iniciar ataques a pueblos pequeños.

Aunque no hubo un claro ganador, lo cierto es que hubo una gran atención militar por parte de los tarascos, y los aztecas, ya gobernados por Moctezuma, iniciaron una última ofensiva para tomar el control de la frontera sur; el imperio purépecha, siendo uno de los pueblos inconquistables por los aztecas, hasta posteriormente, con la llegada de los españoles y la caída de Tenochtitlán en 1521. La estructura del imperio tarasco en el siglo XVI es reconocida por su alto grado de centralización política y por ejercer un control sobre su territorio que, rara vez, fue desafiado. Tangáxoan Tzíntzicha fue el último emperador de este gran imperio, muriendo en torturas por parte de los invasores españoles. En la actualidad, esta comunidad indígena, aún prospera en las comunidades de Janitzio, Cuitzeo, Pátzcuaro, Ihuatzio y Tzintzuntzan, en el hermoso estado de Michoacán, donde aún se conservan sus tradiciones y costumbres. Hoy en día, en la comunidad de Pátzcuaro y Janitzio, se les conoce por sus hermosas vistas que tienen y por su colorido y tradicional día de muertos e, igual que en otras partes de Michoacán, y a pesar de su pasado histórico y de la intervención cultural y religiosa por los españoles, y el paso del tiempo, no se olvidaron sus tradiciones y costumbres que hacen maravillosa nuestra cultura y nuestro país.

El imperio que aún vive: Purépechas

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