Dos autores fueron el eje del análisis de la investigación. En primer plano se encuentra el neurólogo austriaco, uno de los principales fundadores del psicoanálisis, Freud, quien escribió múltiples ensayos y estudios sobre la histeria, el método catártico, postuló una teoría sobre la sexualidad infantil y el hecho de buscar una explicación a la manera en la que opera la mente fue que propuso una estructura de la misma dividida en tres partes: “el ello, el yo, y el superyó”, teoría que explicaría en su obra El yo y el ello. Sin embargo, el libro que me ayudó a realizar el análisis fue El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica de Jacques Marie Emile Lacan, psiquiatra y psicoanalista francés, donde contrapuntea en ciertos aspectos la teoría y aportaciones de Freud.

Freud es importante para Lacan, debido a que ayuda a hacer una distinción de planos y relaciones expresadas por los términos simbólicos, imaginarios y reales:
“El yo en su aspecto más esencial es una función imaginaria. Hay aquí un descubrimiento de la experiencia y no de una categoría que yo calificaría casi de a priori, como la de lo simbólico. […] En la medida en que somos el yo, no solo tenemos la experiencia de este, sino que ella es guía de nuestra experiencia tanto como lo son los diferentes registros a los que se han llamado guías de vida, a saber, las sensaciones.”
(Jacques Marie Emile Lacan “El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica “1954-1955, pp.61)

Es importante, desde un principio, hacer una reflexión de donde parte o tenemos sentido de la concepción del yo. Sócrates fue uno de los primeros quien inaugura en la subjetividad humana, dando a conocer un aspecto del hombre y del alma y otorgándole valores morales y de pensamiento. Nos parece que tanto Sócrates como algunos filósofos de la época debían poseer una noción implícita de esta función central; que el yo debía de ejercer en ellos una función análoga en sí, la comprensión de los deseos, nuestra personalidad y lo que rechazamos.

¿Qué pasó después de Sócrates? Muchas cosas y, en particular, que la noción del yo vio la luz. Luego de ello, con el Discurso del método de Rene Descartes, fue que el yo paso a ser sustancia y visto en la edad media con una noción religiosa. Freud nos hablaría, también, del inconsciente que puede cobrar su alcance y su relieve, esto lo lleva a hablar de pensamientos, los que contienen ideas; estas, a su vez, pertenecen al orden del yo y que, finalmente, pertenece al orden de la conciencia. Asimismo, busca la estructura de la mente ligada a la conciencia y al inconsciente, a la cual dividiría en tres partes; el ello, que constituye el motor del pensamiento y el comportamiento humano; el superyó, que es la parte de los pensamientos morales y éticos y el yo, que pertenece a ambos, actuando entre nuestras necesidades primitivas y nuestras creencias éticas.

Desde la perspectiva de Lacan, Freud designa con el nombre de yo a lo que el llamaría sujeto, ya que Freud daría mayor importancia o peso al inconsciente. En Lacan, el yo es producido a partir de la imagen del otro a lo que el nombraba “estadio del espejo”.
Lacan, J. (1983). El Seminario De Jacques Lacan/ The Seminar of Jacques Lacan: El Yo En La Teoría De Freud Y En La Técnica Psicoanalítica /: 2 (Tra ed., Vol. 20). Paidós Ibérica Ediciones S a.

Concepción del Yo desde la teoría de Freud y Lacan

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